Las serpientes han sido por siempre repudiadas lo que ha puesto
a muchas especies en peligro. En Colombia, entre 50 y 100 millones de serpientes son
aniquiladas al año. Las serpientes, al ser depredadoras, mantienen a las poblaciones
equilibradas en sus hábitats. César Quiroga a sus cuatro años ya jugaba con serpientes, y
jamás ha ocultado su fascinación por ellas. Hoy busca cambiar la mala reputación de las
Mapaná. Mediante un taller de sensibilización con campesinos e indígenas de Córdoba, busca
transmitirles que ellas son las mejores protectoras de sus cultivos. Su reto nos invita a enfrentar
el repudio, y a abrirnos a mayores conocimientos hacia el equilibrio.